El tratamiento más común que se te hará si tienes un aborto espontáneo se conoce como legrado.
Tendrás que llegar al hospital con el estómago vacío, así que no podrás comer y beber nada desde la noche anterior.
Es posible que tu obstetra prefiera hacerte un legrado de succión, porque es algo más rápido y seguro que la dilatación y raspado tradicionales, aunque puede usar una combinación de todo. Sea como sea, si has tenido un aborto espontáneo te insertará un espéculo en la vagina, limpiará tu cérvix y vagina con una solución antiséptica y dilatará el cuello del útero con unas varillas de metal.
Si se trata de un legrado por succión, el obstetra te pasará un tubo hueco de plástico por el cérvix y succionará el tejido que haya quedado en el útero.
En el caso de una dilatación y raspado tradicional, usará un instrumento en forma de cuchara para raspar el tejido que haya en las paredes del útero.