Es normal tener gases tras el parto, sobre todo en los casos en los que se ha practicado una cesárea, ya que la actividad del intestino se ha podido paralizar por el efecto de la anestesia.
Por esto, es recomendable expulsarlos de forma natural, sin necesidad de recurrir a fármacos, pues el uso de de determinados medicamentos consigue el efecto contrario, ya que impide al intestino que empiece a funcionar por sí mismo y se empeore el problema.
Por suerte, estas molestias desaparecen en cuanto se reinicia la actividad del intestino, por lo que no hay motivo para alarmarse ni preocuparse, ya que acabará pasando.