No siempre se puede saber cuál es la causa de que haya poco líquido amniótico, pero las causas más comunes son las siguientes:
- Rotura en las membranas amnióticas que hace que parte del líquido se escape.
- Problemas de placenta, como un desprendimiento parcial.
- Ciertas afecciones, como preeclampsia, diabetes y lupus entre otras.
- Embarazo múltiple.
- Anomalías fetales, pues si se detecta que hay poco líquido amniótico en el primer o segundo trimestre, se deberá a que tu bebé tiene una anomalía congénita.