Un embarazo de riesgo es aquel que necesita más reposo para la madre y controles médicos más frecuentes que el resto de embarazadas, aunque también puede implicar tomar algún medicamento o suplemento alimenticio.
Este término suena muy alarmante, pero es importante tranquilizarse. Aunque este tipo de embarazo significa que hay más probabilidades de que la madre o el bebé tengan algún problema, en la mayoría de casos no significa necesariamente que vaya a ocurrir alguna complicación.
Las causas del embarazo de riesgo pueden ser enfermedades de la madre, del feto u otras circunstancias que se presenten durante el embarazo y puedan suponer peligro para ambos.
Hay varios tipos de embarazo de riesgo:
- De riesgo medio: en menores de 17 años, mayores de 38 mujeres obesas, mujeres con anomalías en la pelvis, con Rh negativo y fumadoras.
- De riesgo alto: mujeres con infecciones, con diabetes gestacional, con sospecha de malformación del feto, con obesidad mórbida, con anemia grave, operadas del útero y en los casos de embarazo de gemelos.
- De riesgo muy alto: Embarazos de más de dos bebés, malformaciones de útero, cardiopatías, incontinencia cervical uterina, malformación del feto confirmada, amenaza de parto prematuro, diabetes previa y rotura de membrana.
Sin embargo, siguiendo unos controles especiales la mayoría de los embarazos de riesgo acaban bien.