Un pequeño porcentaje de mujeres sigue teniendo diabetes después del parto, aunque la posibilidad de padecer de diabetes aumenta de cara a un posible segundo embarazo. Es recomendable acudir al médico para hacerse una prueba de diabetes entre las seis y las doce semanas después de haber dado a luz.
En algunos casos, la mujer puede desarrollar intolerancia a la glucosa tras el parto, es decir, que sus niveles de azúcar en sangre sean altos, pero no lo suficiente como para diagnosticarle diabetes tras el parto.
Recuerda acudir a las rutinarias revisiones médicas y realizarte las pruebas necesarias para asegurarte de que tus niveles de azúcar en sangre son normales o, en cambio, sobrepasan el mínimo después de haber tenido el bebé.