Existen una serie de creencias populares que relacionan la exposición de la mujer embarazada a un eclipse lunar con distintos problemas en el feto, como que el bebé nazca con el labio partido.
Este mito viene de parte de los mayas, quienes creían que un eclipse era un mordisco en la cara de la luna y si una madre lo veía, le ocurriría lo mismo al bebé. Pero había formas de protegerse, ya que la mujer que llevase algo metálico, como un imperdible, estaría protegida de este mal.
Esto no es más que un mito, ya que el labio leporino se debe a varios factores genéticos y medioambientales, y no tiene nada que ver con el eclipse lunar.